La función del aislamiento es confinar las cargas eléctricas dentro del conductor, guiándolas directamente hacia el punto de uso (equipo eléctrico). Cualquier fallo en el aislamiento creará un camino para que las cargas escapen del conductor, provocando un cortocircuito en el sistema eléctrico, ya que la corriente encontrará un camino de menor resistencia eléctrica que el propio conductor.
La principal diferencia entre los materiales aislantes es la temperatura que pueden soportar sin degradarse.
El PVC es un material termoplástico, ya que se ablanda con el calor pero conserva sus características físicas, con una temperatura de operación normal de hasta 70 °C en el conductor.
XLPE (polietileno reticulado) y HEPR (caucho etileno-propileno) son materiales que han pasado por un proceso de vulcanización (reticulación), haciéndolos termoestables. No se ablandan con el calor y pueden soportar temperaturas de operación más altas, hasta 90 °C. En aplicaciones de media tensión, los cables aislados con EPR 105 pueden manejar temperaturas de 105 °C en operación normal.
Las ventajas de los cables con aislamiento termoestable son que pueden transportar más corriente que cables de la misma sección transversal con aislamiento termoplástico. Por eso ya no encuentras cables de 1 kV aislados con PVC en el mercado. Han sido reemplazados por cables aislados con HEPR, como el Eproflex 90 de Induscabos.